REFLEJO DE LA DEFECACIÓN.

Después que concluye la absorción de electrólitos y agua, el material de desecho que pasa al recto, condiciona un aumento de la presión rectal, relajación del esfínter anal interno, y el deseo de defecar. Si el deseo de defecar es rechazado, el esfínter anal externo impide que las heces ingresen al conducto anal. En este caso, las heces permanecen en el recto, e incluso pueden retornar al colon sigmoide. De manera habitual, el reflejo de la defecación surge cuando la presión rectal se eleva a un nivel particular que está determinado en gran medida por el hábito personal. En ese punto, el esfínter anal externo se relaja para admitir heces en el conducto anal. Durante el acto de la defecación, los músculos rectales longitudinales se contraen para aumentar la presión rectal, y los músculos esfinterianos interno y externo se relajan. La excreción es apoyada por contracciones de músculos esqueléticos abdominales y pélvicos, que incrementan la presión intraabdominal. La presión aumentada contribuye a impeler las heces desde el recto a través del conducto anal y fuera del ano. 

1 comentarios:

  • Unknown | domingo, 14 de mayo de 2017, 11:21:00 a.m. GMT-7

    hola me ha encantado tu blog me gustaria poder tener alguna forma de comunicarme personalmente contigo. para hablar acerca de diversos temas sobre el cuerpo humano soy de Panama, estudiante de la facultad de medicina. saludos. espero tu respuesta..

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